Alcance y contenido: | Se encuentran los vestigios de un lugar relativamente grande, que se
extiende por una angosta lengua de tierra que es una prolongación de
la planicie de Canchón, bordeada por profundos barrancos. En algunos
lugares, las paredes de los precipicios paralelos que bordean la mesa
por ambos costados, se aproximan tanto que sólo dejan en medio una
calzada extremadamente angosta, de dos metros de anchura, que comunica
con los sectores más amplios donde fueron edificadas las estructuras.
Es evidente que se escogió esta localidad por la defensa, natural que
ofrecen los barrancos, las ruinas estan cubiertas por una densa maleza
baja, que en tanto no se corte, impide observar, la disposición de la
plaza, así como la identifiación de estructuras especializadas, tales
como patios de pelota. Hemos visto montículos, que varían desde
plataformas bajas a grandes estructuras parecidas a acrópolis y
unidades piramidales que alcanzan hasta cinco metros de altura, todas
las cuales ocupan de norte a sur la longitud completa de la mesa.
Todo lo que observamos son subestructuras para templos y edificios
construídos de materiales no duraderos. La subestructuras poseen un
relleno de piedra y tierra, revestido probablemente de piedras toscas
con una capa final de lodo en los lugares que aparece expuesto el
terreno, en la vereda que cruza el lugar arqueológico se encuentran
grandes cantidades de alfarería, algunas manos, hachas de piedra
verde, y puntas astilladas de obsidiana. La cerámica identificable y
la posición de defensa del lugar, inducen a creer que La Montaña
floreció durante la época Post-Clásica Tardía, Contemporánea de Chinautla |