Jacobo Arbenz Guzmán 

María Cristina Vilanova de Arbenz 

Juan Jacobo Arbenz Guzmán nació el 14 de septiembre de 1913 en la ciudad de Quetzaltenango, hijo del ciudadano suizo Jacobo Arbenz Gröbli y la guatemalteca Octavia Guzmán Caballeros. Su familia por parte paterna es antigua, de la ascendencia Arbenz Family Association, fundada en 1849.

Según una nota autobiográfica, indica que cursó sus estudios de primaria y de secundaria en Quetzaltenango, en el Instituto Normal de Varones de Occidente. El deporte y en especial el boxeo, fueron cultivados muy tempranamente por el joven Arbenz.

Su juventud se vio marcada por el fallecimiento temprano del padre. Ello aceleró su viaje a la ciudad capital en busca de mejores oportunidades. Al no poder sufragar los gastos de estudios universitarios ingresó a la Escuela Politécnica Militar de Guatemala, donde obtuvo una beca y fue admitido como Cadete a en el año 1932. Realizó una carrera prominente siendo reconocido como alumno distinguido y ejemplar. En 1933 ascendió a Cabo; en octubre del siguiente año a Sargento Segundo; en febrero de 1935 a Sargento Primero; en diciembre de 1935 obtiene el grado de Subteniente y en 1936 se graduó como Oficial de Infantería.

Durante sus estudios recibió diversos reconocimientos (placas y diplomas) de alumno distinguido, lo que le hizo ganar reconocimiento ante sus superiores. Después de su egreso de la Escuela Politécnica, fue Instructor especial en San Juan Sacatepéquez y desde 1937 regresó como profesor a esa misma Academia Militar.

A finales de 1938, el joven capitán Arbenz conoció a la salvadoreña María Cristina Vilanova, con quien contrajo matrimonio en marzo de 1939, teniendo tres descendientes: Arabella (1939); Leonora (1942) y Jacobo Antonio (1946).

Ocupó uno de los puestos más importantes de la Politécnica como Comandante de la Compañía de Caballeros Cadetes, al cual presentó renuncia en julio de 1944.  Desde esa fecha hasta 1954, fue ascendiendo gradualmente de subteniente, Teniente Coronel y finalmente como Coronel del Ejército de Guatemala.

A sus 31 años desempeñó un rol de primer orden en la Revolución de Octubre de 1944. Integró el triunvirato provisorio y vigiló la celebración de las primeras elecciones libres en la historia de Guatemala, así como también bregó por la entrega del poder al vencedor de la contienda electoral, el Dr. Juan José Arévalo. Ocupó el cargo de Ministro de la Defensa Nacional a partir del 15 de marzo de 1945 y hasta inicios de 1950. Evitó 32 complots destinados a derribar el Gobierno de Juan José Arévalo, especialmente el Golpe de Estado que en julio de 1949 condujo Francisco Javier Arana.

En 1950 fue declarado el candidato idóneo para la sucesión, siendo apoyado por varios grupos sociales que promovieron su candidatura. Su archivo personal evidencia el estudio, rigor y sistematización con la que preparó su programa de gobierno, durante todo 1950. A finales de ese año tuvieron lugar las elecciones, triunfando en las mismas por amplio margen con el 65.44 % de los votos a su favor. Se convirtió entonces, desde el 15 de marzo de 1951, en el Presidente de la República de Guatemala, a la edad de 37 años.

Los actos solemnes por medio de los cuales el Dr. Arévalo entregó el mando presidencial al recién electo Jacobo Arbenz Guzmán son ampliamente recordados. Diferentes embajadores extranjeros acreditados en Guatemala destacan el carácter festivo de los mismos y, fundamentalmente, los emotivos discursos pronunciados. Con la acostumbrada belleza de su prosa, el presidente saliente repasó sus principales actos de gobierno. No menos contundente resultó ser el discurso del Presidente Arbenz, trazando desde esa misma instancia un amplio programa de gobierno.

Durante su mandato, la revolución se aceleró e intensificó, a través de la aplicación de su programa de gobierno. Dentro de las obras más importantes que desarrolló durante su gobierno fueron: La Hidroeléctrica Jurún Marinalá, la carretera al Atlántico, el Puerto Santo Tomás de Castilla y la Reforma Agraria.

La piedra angular del mismo fue la creación del Plan de Reforma Agraria, destinado a solucionar de manera estructural el problema de la tenencia de la tierra en el país. Se trataba de un tema que venía estudiando a nivel personal, apoyado con diversos asesores, algo que confirma su documentación personal. Además, contaba con los indicadores del censo realizado por el gobierno en 1950, los cuales evidenciaban el problema de la tenencia de la tierra en el país.

Con el proyecto presentado para su aprobación por parte del Congreso, pocos pensaron que fuera a materializarse una reforma de esa magnitud. Sin embargo, la firmeza en su aplicación, el ímpetu y magnitud del cambio revolucionario, provocó que el poder de los terratenientes guatemaltecos se viera afectado, al igual que los intereses de la empresa bananera estadounidense United Fruit Company.

Un experimento nacionalista de tal dimensión, en medio de la Guerra Fría, fue rápidamente denunciado y sentenciado como comunista, promoviendo Estados Unidos su derrocamiento. Además, la revolución guatemalteca fue vista como un proceso desestabilizador en la región pues los países vecinos de Guatemala se encontraban muy necesitados de programas como los que impulsaba Arbenz en el país. Tal como escribió un funcionario de la embajada de Estados Unidos en Guatemala, el programa arbencista era también una exitosa “arma propagandística”.

De esta forma, el presidente estadounidense Dwight Eisenhower dio su aprobación a una operación secreta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), organismo que programó un golpe militar encubierto que inició con un fuerte hostigamiento propagandístico contra el presidente; su aislamiento internacional y el financiamiento a grupos mercenarios comandados por el Coronel Carlos Castillo Armas –colega de Arbenz en la Escuela Politécnica, a quien el presidente salvó su vida-, quienes emprendieron la “invasión” al país. Poco antes, una labor de ese tipo se había aplicado en Irán, para derrocar del poder al Primer Ministro Mohammad Mossadegh, quien había nacionalizado las refinerías de petróleo iraníes, desde décadas atrás en manos de una poderosa empresa británica.

Aplicando un programa similar en función del antes mencionado, la CIA finalmente consiguió deponer al Presidente Jacobo Arbenz, quien luego de un pronunciado hostigamiento interno y externo, renunció a la presidencia el 27 de junio de 1954. Medio siglo más tarde los historiadores han interpretado, tras conocerse buen parte de la documentación de la propia CIA, que sus maniobras no habrían resultado exitosas si el Ejército guatemalteco no hubiese facilitado los recursos humanos y materiales, traicionando al presidente Arbenz, como finalmente ocurrió.

El derrocamiento y su posterior salida del país meses después, –para humillarlo, se lo fotografió en ropa interior antes de partir-, fueron hechos que impactaron intensamente en América Latina, generando un cúmulo importante de reacciones pues pocos pensaron que Estados Unidos no había estado involucrado en el Golpe de Estado.

Desde ese entonces y hasta su muerte en 1971, vivió en el exilio.

Biografía elaborada por el Dr. Roberto García Ferreira.

El archivo fue conformado por los esposos Arbenz Vilanova durante los años de la Revolución, Presidencia, contrarrevolución y exilio, hasta el fallecimiento de ambos.

Según información de Claudia Arbenz, nieta de la Familia Arbenz Vilanova, su abuela (Doña María Cristina) cargó con el archivo durante todo el exilio, llevándolo en maletas que ella misma transportaba. Gracias a la perseverancia de Dona María, existe este archivo que se consideraba desaparecido.

A finales del año 2008, gracias al apoyo del historiador uruguayo, Doctor Roberto García Ferreira, CIRMA localizó los archivos del Presidente Jacobo Arbenz Guzmán en la casa de habitación de la familia Arbenz Vilanova ubicada en Costa Rica.

CIRMA estableció contacto con la familia Arbenz y suscribió una carta de entendimiento para realizar un diagnóstico e inventario de dicho archivo. El objetivo era conocer el contenido, la cantidad de documentos y las condiciones de conservación en que se encontraba el mismo. Al final fue entregado el Informe "Diagnóstico del Archivo Documental y Fotográfico del Presidente de la República de Guatemala, Coronel Jacobo Arbenz Guzmán".

En el año 2011, el Estado guatemalteco inicia la reparación a los descendientes del ex presidente Jacobo Arbenz Guzmán, por la confiscación de bienes que sufrió al ser derrocado en 1954 por un gobierno de facto. En ese contexto, CIRMA inicia conversaciones con Don Jacobo Arbenz Vilanova para rescatar los archivos documentales y regresarlos a Guatemala, proponiéndole un convenio para la digitalización in situ de los archivos, el cual acepta sin reparo.

Gracias al apoyo financiero de la Fundación Soros-Guatemala, CIRMA logró satisfactoriamente la digitalización de los archivos.

"Las ideas, afirmaciones y opiniones que se expresen en este material no son necesariamente las de la Fundación Soros Guatemala. La responsabilidad de las mismas pertenece únicamente a sus autores".

El archivo fotográfico digital fue recibido como una donación de la Presidenta de COPREDEH, Dra. Ruth del Valle, durante el acto entrega de los archivos documentales en formato digital por parte de CIRMA a Don Jacobo Arbenz Vilanova, en el mes de enero del año 2012.

Donación de copias digitales, a través del convenio firmado entre CIRMA y Don Jacobo Arbenz Vilanova, que permitió la digitalización del archivo personal del Presidente Jacobo Arbenz Guzmán, en el año 2011.